Paso la
segunda fecha y el hincha de Racing quedo, además de desilusionado y frustrado,
desorientado. Es que el hincha académico ya no sabe como plantarse ante este
arranque inesperado por todos, no sabe si son los jugadores responsables, por
jugar juntos desde o no entender el mensaje del “Coco”; si es el “Coco” que
necesita mas tiempo para hacer andar a su Racing o si son los dirigentes que le
pifiaron con la escasa llegada de refuerzos (tan solo se incorporo al paraguayo
Santader).
Lo cierto
es que en la noche de Mendoza la gente vio un equipo que en el primer tiempo
quiso y no pudo, y en el segundo tiempo prácticamente no quiso. La primera
parte mostro un Hauche que le daba chispa al equipo pero un Gio totalmente
fuera de partido. Un Teo que debe hacer el trabajo de su compatriota, pero no
alcanza a hacer el suyo, las dos mas claras las armo Teo (la pelota en el travesaño
de Hauche y cuando entraron Gio y el mismo Teo por el medio). Se vio un Castro
distinto al del torneo anterior, que no es vital, sino que es un buen
acompañamiento en ataque.
Sin embargo
Racing fue mas que su rival en el desarrollo de los 45 minutos, pero en el
segundo tiempo salió otro equipo, o eso pareció, porque Hauche perdió la
chispa, porque Gio y Castro desaparecieron, y por Yacob por lo visto no tiene
mas ganas de jugar en Racing. Esto dejo a un Teo que solo no pudo.
Sobre
los cambios, Toranzo no aporto mucho y Viola le devolvió la chispa que había dado
Hauche en el primer tiempo, Teo encontró un socio en el cual apoyarse, pero no
alcanzo, porque para el “Tomba” el empate era negocio después de haber ganado
en la semana por copa Libertadores.
Por su
lado los defensores venían realizando una buena labor, el equipo de Pumpido
solo podía ingresar al area de Racing con centros y pelotas paradas. Pero en un desatención de todos, Sigali se encontró
solo frente a Saja que poco pudo hacer para evitar el gol.
Ahí Racing
volvió a dar un señal guiado por el nerviosismo y la desesperación. Gio intento,
Viola también pero no alcanzo, ya era tarde no quedaba mucho tiempo. Y así fue
como este Racing, que en la previa del torneo nos prometió otra cosa, pero demostró
ser lo mismo que el torneo pasado (con la salvedad de que el torneo pasado por
lo menos se ganaba), volvió a darle una desilusión a la gente que lo acompaño
hasta la ciudad cuyana o desde su casa. Ahora queda seguir, pensar en Banfield,
un rival al cual de no ganarle cómoda y holgadamente, tendremos que rever
cuales son nuestros objetivos para este semestre.
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