Se
presentaba una noche más que favorable, enseguida a los 11 minutos ya estábamos
arriba con un gol del mejor de Racing, Valentín Viola, quien recibe un pase fabuloso
de Moreno, y define con categoría.
Siguió mejor Racing, sin deslumbrar por supuesto, pudo haber aumentado con un
cabezazo de Valentín que pegó en el palo después de un centro de Castro,
después en la misma jugada lo tuvo Fariña, pero la tiró por arriba. Colón ,
poco inquietó, casi nada en el primer tiempo. No hubo mucho más, pero se puede
decir que era justo que Racing esté ganando al finalizar los 45 minutos
iniciales.
El
medio campo de Racing no puede tener la pelota, jamás lo hace, entonces se retrasó peligrosamente en la segunda parte,
a “cuidar” el resultado, entró Lluy por Fariña (inexplicable cambio) y todos
atrás, a defender, a esperar que Colón no lastime a Saja, y a lo mejor,
enhebrar un contraataque, pero, Viola sólo no puede, necesita compañía, y no la
tiene, porque tampoco los volantes lo acompañan, todo lo tuvo que
resolver solo, contra toda la defensa de Colón.
Castro,
Gio, los que deberían hacerse cargo de generar juego, no estuvieron presentes
en el segundo tiempo, más allá de dos jugadas de Castro que pudieron ser gol,
pero jugadas hilvanadas, elaboradas, con tres pases seguidos, no hubo ninguna.
Colón
entonces, con una sola preocupación (Viola), se vino al campo nuestro, con
limitaciones, sin inquietar demasiado a Saja, pero no pasábamos la mitad de la
cancha, una vez más, como ya estamos acostumbrados, otro equipo más nos domina,
nos acorrala, nos compromete. Se percibía claramente que nos empataban, se olía
el gol de ellos….
Y
cuando ya se acababa, cuando ya teníamos los “tres puntitos” que nos salvarían
definitivamente de todo, pase entre líneas de Mugni, a espaldas de la
pobladísima defensa (¿??) la recibe Higuaín, (otro muerto que resucitamos) le pega al cuerpo del arquero y se le mete a
Saja, demostrando que una vez puede fallar, y ayer le sucedió.
Fue
un castigo
a la miseria, a la inercia de algunos jugadores impresentables de este
plantel, y se puede decir que fue justo, nadie mereció ganar, hubiese sido un
premio demasiado grande para cualquiera.
Faltan
dos fechas para terminar este torneo, un torneo que pasamos penando; ojalá para
la próxima temporada se iluminen estos dirigentes y sepan qué hacer con el
armado del futuro plantel.
Ojalá
lleguen algunos jugadores que entiendan de qué se trata lucir esta camiseta, cómo
defenderla en cualquier cancha, con el alma, jugando al fútbol, que en definitiva,
eso es lo único que se les pide, que amen jugar, que amen este
trabajo por el que cobran fortunas, cosa
que no hace la mayoría de estos jugadores.
Abrazo
Racinguista
Carlos Procopio
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