martes, 18 de octubre de 2011


En la previa de la fecha que pasó casi todos coincidíamos en algo: si Racing no sumaba de a tres en San Juan iba a ser muy difícil que pueda pelear el torneo hasta el final. Y no ganó. Pero el campeonato (y la mediocridad de sus protagonistas) le vuelve a dar posibilidades a un equipo que si estuviese luchando la punta ante un rival de verdadera jerarquía ya se hubiera despedido del sueño de sumar una nueva estrella. Tengamos en cuenta que, por ejemplo, el Racing campeón del 2001, a esta altura, sumaba 10 unidades más que éste.

La realidad indica que el conjunto de Simeone acumula 11 encuentros sin derrotas, siendo uno de los invictos del certamen (el restante es Boca), y que sólo recibió tres tantos. Hasta ahí, números de campeón. Pero la misma realidad también indica que sólo se sumaron cuatro triunfos y se convirtieron apenas nueve goles (en cuatro encuentros no anotó ninguno).

Quedan ocho cotejos y La Academia está a sólo uno de depender de si mismo debido a que en la fecha 15 debe medirse con el líder en la Bombonera y de ganar (suponiendo que no se extiende la actual diferencia entre ambos clubes) se ubicaría muy cerca del elenco de Falcioni.

Es difícil, ya no sólo por el irregular nivel de juego de varios de los integrantes importantes del plantel o por la excesiva mezquindad del entrenador en muchos lapsos del torneo, sino porque el margen de error cada vez es menor y cada punto que se deje en el camino será fundamental.

Pero la chance existe y por eso es hora de dejar de navegar en el conformismo de los últimos tiempos y de asumir las responsabilidades correspondientes a un equipo que, verdaderamente, pretende luchar por el título. Es el momento de demostrarle a Boca que si quiere festejar deberá hacer los méritos necesarios porque atrás tendrá un Racing protagonista que, si se relaja, le extirpará un torneo que parece tener ganado.

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