Por sus códigos,
Mostaza Merlo rechazó la invitación de Basile para asistir al Cilindro en el
debut, pero le envió un mensaje potente a su amigo del alma.
No hubo caso. Nada lo convenció al rubio. Ni siquiera su gran
amigo... Alfio Basile lo invitó a la fiesta que significará su regreso al Cilindro
como técnico de Racing después de 15 años. Pero Reinaldo Merlo, amparado en sus
hábitos éticos, se negó a concurrir al estadio para evitar atraer la atención
de los hinchas y opacar a su compinche. “Coco quería que fuera al debut, pero
sabe que por los códigos no voy a ir. Me conoce bien, ja. Lo voy a ver por televisión.
Le deseo lo mejor”, argumentó Mostaza.
Sin embargo, en compensación por su faltazo, le envió un mensaje
cargado de energía positiva a Coco. Y de presión, bien intencionada. “Racing
tiene un gran plantel, uno de los mejores del fútbol argentino, y un técnico de
gran capacidad. Estoy seguro de que le va a ir bien. Va a pelear arriba, al
equipo lo veo para campeón. No exagero: Racing reúne jugadores y entrenador
para hacerlo”, se entusiasmó Mostaza. Sí, justo él, que cuando dirigió al
Racing campeón del Apertura 2001, navegó en aguas de un profundo perfil bajo y
había prohibido la palabra campeón en el plantel...
Basile agradece la confianza que le puso su compañero de largas noches
de café, su ex ayudante de campo en la Selección que disputó el Mundial de
1994. Aunque fue más cauto: “No tenemos que agrandarnos ni nada de eso. Para
ser campeones hay que jugar bien”.
Más allá de que Merlo hoy no estará físicamente en el estadio, sí
reaparecerá su monumento en el hall de la fama, con el dedo meñique de los
cuernitos reparados, en plena transmisión de ondas favorables. “Me contaron que
arreglaron la estatua, ojalá haya quedado linda como siempre”, se alegró el entrenador
que hace diez años se recibió de ídolo de la Academia. Y hoy, con el deseo
genuino de que Alfio siga los mismos pasos: “Sería una gran alegría para Coco y
también para mí que sea el primer técnico en sacarlo campeón luego del
2001”.Desde su casa, cuando Basile salga al campo de juego y sea ovacionado,
Merlo se sentirá orgulloso de su amigo. Y nuevamente será un hincha más de
Racing.
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